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Ruta interpretativa

Bienvenido a esta ruta accesible e interpretada por la historia minera de nuestra localidad.

Fabero y la minería

La historia de Fabero se encuentra íntimamente relacionada con la minería del carbón desde hace más de 150 años.

La ruta que le proponemos le dirigirá a las minas y espacios protagonistas de esta emocionante historia, como Pozo Julia, una de las minas más relevantes de la localidad, abierta a la visita, o Pozo Viejo, donde comenzó a adquirir Fabero fama internacional. La presente propuesta le llevará también a la pequeña Mina Pacita, donde les hablaremos del cooperativismo minero, al Pozo Alicia, que llegó a ser la tercera empresa más importante en la comarca, a la Mina Negrín, al Poblado de Diego Pérez o a los espacios interpretados de la Escuela del Ayer y el Aula Paleobotánica.

Audioguías

En cada una de las señales que encontrará a lo largo de esta ruta dispondrá de un código QR como el que acaba de escanear, que le permitirá conocer, de voz de los propios mineros, la historia de cada uno de estas minas o espacios relacionados con la historia minera de Fabero.

Le agradecemos su visita, y esperamos que disfrute de esta ruta por la historia más íntima de nuestra localidad.

Plano de localización de elementos interpretados

1. Inicio de la visita

2. Mina Pacita

3. Pozo Alicia

4. Mina Negrín

Pincha sobre el título deseado para ver su desarrollo.

1. INICIO DE LA VISITA

A comienzos del siglo XIX, la agricultura y ganadería tradicionales que habían marcado la vida de los vecinos de la localidad dieron paso a la explotación de un excelente carbón. Fabero se transformó con mucho esfuerzo en una de las localidades mineras del carbón más relevantes de la provincia de León, atrayendo a trabajadores de diferentes lugares. El carbón se convirtió en la principal fuente de recursos de la localidad durante más de 150 años, y parte integral de la vida y la identidad de Fabero.

Fabero vivirá una de las epopeyas más apasionantes de la minería del carbón española, epopeya que finalizó a finales de los años 80 debido a la bajada de precios en los mercados internacionales, lo que produce el cierre o la reestructuración de la minería de la localidad a partir de 1992.

2. MINA PACITA

Nos encontramos frente a lo que fue la pequeña y rudimentaria mina Pacita. A este tipo de minas se les conocía como “chamizos”, explotaciones asentadas en pequeñas concesiones donde las medidas de seguridad eran escasas y se empleaban medios de producción muy rudimentarios.

A través de planos inclinados que llegaban a la capa de carbón, el mineral se extraía a golpe de pica, maza y pala, cargándose en vagonetas movidas por personas o mulas que las sacaban hasta la bocamina. Cuando se llegaba a una profundidad en el que la costosa ventilación mecánica se convertía en un requisito indispensable, se abandonaba la explotación.

Sin embargo, algo que caracterizó a Mina Pacita, junto con algunos de los otros chamizos que se repartían por la región, fue su forma de gestión cooperativista: eran los propios mineros los dueños de su explotación.

Con el inicio del golpe de estado en 1936, la nueva Junta Gestora Municipal de Fabero nombrada por el gobierno provisional de Franco cierra esta concesión minera y requisa el carbón acumulado. Este cierre supuso el fin de un trabajo colectivo que probablemente fuera molesto para las nuevas estructuras económicas que el régimen impulsaría más tarde.

3. POZO ALICIA

Combustibles de Fabero S.A. (COFASA), conocida popularmente como Mina Alicia, llegó a ser la tercera empresa más importante en la comarca, explotando diferentes grupos.

Mina Alicia cerrará a principios de los años setenta, recolocando a sus mineros en otros grupos de la firma minera. Las causas del cierre se centran, fundamentalmente en la limitación en la cantidad de carbón que este tipo de minas de pozo inclinado podía extraer, en un contexto en el que otros grupos de Combustibles de Fabero ya extraían carbón a gran escala gracias a la introducción de novedosa tecnología como el cepillo o la rozadora.

Así mismo, la explosión de una bolsa de gas grisú el 19 de noviembre de 1984 en el piso 17 del Grupo Río, también de Combustibles de Fabero, obliga a extremar la seguridad en las minas, haciéndose más inviable si cabe mantener Mina Alicia en funcionamiento.

Sin embargo, son muchas y complejas las causas del cierre de Combustibles de Fabero y el declive de la minería del carbón en la región. A las descritas se podría sumar la crisis energética, el agotamiento de las reservas de carbón, el esfuerzo del gobierno por subvencionar el cierre…. Demasiadas causas para el dolor provocado por el cierre de lo que fue el motor económico y social de una tierra que ha comenzado a reinventarse.

4. MINA NEGRÍN

Nos encontramos en la mina conocida como “La Pedrera” o “Mina Casualidad”, también conocida como Mina Negrín.

La Mina Negrín fue una explotación pequeña, de no más de 80 o 90 mineros que explotaban la Capa Ancha del Río por medio de un pozo inclinado. Una máquina de extracción sacaba a la bocamina los vagones repletos de la antracita que pasaba por el lavadero, donde se separaba el carbón del escombro y se clasificaba por medidas. En estos lavaderos era común encontrar a mujeres ocupadas en el “escogido”, separando el carbón por medidas, jugando un papel imprescindible y nunca reconocido.

El accidente del año 1984 en el piso 17 del Grupo Río de Fabero, en el que murieron ocho mineros, permitió conocer que la capa de antracita extraída contenía grisú, lo que propició el endurecimiento de las medidas de seguridad en toda la cuenca minera y la obligatoriedad de medir la cantidad de grisú en el interior de las minas.

La necesidad de llevar a cabo grandes inversiones en la extracción para continuar profundizando, junto con la imposibilidad de continuar con la dirección por parte de los hijos de Llaneza lleva a finales de los años 80 al cierre de la mina.

En la actualidad es posible contemplar los restos de sus enormes garajes, su lavadero, un impresionante economato, las viviendas o las oficinas. Del trabajo en la mina queda la vieja sala de máquinas y una escombrera hoy recuperada.

5. ESCUELA DEL AYER Y AULA PALEOBOTÁNICA

La Escuela del Ayer que tiene frente a usted es un espacio museográfico que, gracias al apoyo vecinal, pretende activar la memoria y la historia del pasado escolar de Fabero, recreando con todo tipo de detalles tanto lo que pudo ser la casa de la maestra, como un aula de escuela unitaria típica que muestra las distintas políticas y realidades escolares que desde los años 30 se han desarrollado en nuestra localidad, con una relevante colección de libros escolares y fotografías de época.

A escasos metros puede disfrutar del Aula Paleobotánica, espacio de encuentro de interesados por la materia y aula interpretativa donde poder conocer los tesoros fósiles que la explotación minera dejó al descubierto, y que nos recuerdan el origen del carbón que ha identificado a Fabero y a esta cuenca minera, formado principalmente en base a los restos vegetales producidos por los extensos bosques que poblaban la Tierra hace entre 359 y 299 millones de años.

Les invitamos a visitar estos dos espacios, íntimamente relacionados con el pasado social y geológico de nuestra historia minera.

6. POZO VIEJO

El Pozo Viejo, como se conoce la explotación minera que tiene frente a usted, excavado en 1928, fue el pozo de extracción principal de la empresa Antracitas de Fabero hasta la apertura del nuevo Pozo Julia, a finales de los años 40. En este pozo se explotó la mejor capa de carbón de la cuenca, la Capa primera de Fabero, de un inmejorable poder calorífico y sin apenas residuo.

A su alrededor se levantó en 1955 un verdadero poblado minero con toda clase de servicios. Talleres, hospitalillo, economato o viviendas que mejoraban la dura vida del minero, cubrían la gran demanda de mano de obra y mantenían a los trabajadores frente a la oferta de otros grupos mineros.

Entre ellos destaca el Hospitalillo, construido en 1958, en el que no sólo atendían a los mineros, sino también a la población de Fabero, que en aquellos tiempos no disponía de servicios sanitarios cercanos, o el economato, construido en 1941, donde se vendía a los mineros todo tipo de mercancía: comida, ropa, material escolar, etc., y todo ello a inmejorables precios.

7. POBLADO DE DIEGO PÉREZ

La necesidad de mano de obra en la posguerra española atrae a un gran número de inmigrantes a Fabero, llegando familias desde Galicia, Asturias, Córdoba e incluso desde Angola, Portugal o Pakistán. La insuficiencia de viviendas en la localidad obliga a la construcción de poblados como el que tiene frente a usted, que recibe el nombre del propietario de Antracitas de Fabero, Diego Pérez, en el que se ofrecieron a sus trabajadores 250 viviendas unifamiliares, y el creado por la Obra Sindical del Hogar, con 166 viviendas.

Este poblado ofrecía unas importantes comodidades para los trabajadores de Antracitas de Fabero: casas con baños privados, exentas, bien construidas, con cocina de carbón, calefacción, duchas, servicio de panadería, escuela, espacios deportivos, zonas ajardinadas y servicios comunitarios sufragados por la empresa como hilo musical, sereno, limpieza de calles, jardinería…

Cuando cierra Antracitas de Fabero, es el ayuntamiento quien se queda con el mantenimiento del poblado y los mineros acaban comprando aquellas casas, convirtiéndose el Poblado de Diego Pérez en un barrio más de Fabero.

8. POZO JULIA

Perteneciente a la empresa Antracitas de Fabero, la construcción de Pozo Julia se inicia en el año de 1947. A su gran pozo vertical de tres plantas, que alcanza los 275 metros de profundidad, se accedía por un castillete con ascensor para personas y vagonetas, que hoy es la imagen más representativa de esta mina.

Fue en este pozo, en 1962, cuando se introduce por primera vez en España el sistema de arranque mediante cepillo, una maquinaria moderna que elevó los rendimientos generando a su vez una importante reducción de plantilla y un avance tecnológico de primer orden en la industria minera.

Pero las reservas de carbón se fueron agotando. Pozo Julia cierra en 1991 y Antracitas de Fabero recurre a la regulación de empleo. Un año después, las minas se ven abocadas al cierre o a la reestructuración. Ya en manos de UMINSA, en el año 2007, las instalaciones de Pozo Julia son cedidas al Ayuntamiento de Fabero, quien apuesta por convertir este pozo minero en un espacio donde mostrar la realidad de una minería que fue transcendental para la Cuenca de Fabero.

Visita accesible e interpretada por Pozo Julia.